Aprender un idioma es un proceso complejo. Es complejo no porque sea difícil o imposible, tampoco porque debas tener un talento especial para conseguirlo. En realidad, todos los cerebros aprenden más o menos siguiendo los mismos principios (haré una publicación sobre esto más adelante). Aprender un idioma es complejo porque involucra la movilización de numerosos recursos: cognitivos, físicos, emocionales, de comportamiento, económicos, culturales y hasta éticos (como la tolerancia y el respeto a las diferencias culturales, o la relativización de las creencias propias sobre el funcionamiento de una sociedad, por ejemplo).
A lo largo de mis diez años como profesor, sin embargo, he notado que cuando las personas (o yo mismo) nos estancamos en un plateau lingüístico, generalmente tiene que ver sólo con tres campos: problemas de adquisición, problemas de construcción de habilidades y los aspectos emocionales y de hábitos de estudio. Como siempre, es importante aclarar que el aprendizaje es un proceso de apropiación personal que debe ser analizado con cada caso en particular. Recuerden, somos en función de nuestro contexto, y cada contexto es único.
Los problemas de estancamiento, generalmente suceden con mayor notoriedad en los niveles intermedios y avanzados (B2, C1, C2). Cuando somos principiantes en un idioma, realmente todo es novedad y nuestro cerebro está en una especie de bufet de aprendizaje, comiendo todo lo que puede y se le para en frente. El progreso es evidente (y de manera rápida), simplemente porque antes no sabíamos nada y para el A2-B1, digamos, ya sabemos tener conversaciones básicas con relativa fluidez y hemos adquirido la lógica del idioma más o menos de manera óptima.
En estos niveles, las clases de idiomas en un salón de clases son muy efectivas, porque nos dan las bases y la estructura en pequeñas porciones manejables. Peeeeero, cuando hemos alcanzado un B1 o B2 sólido, las estructuras gramaticales, por ejemplo, o el vocabulario cotidiano, se vuelven menos novedosos y tenemos la impresión de que nuestras clases se convierten en algo repetitivo, aburrido y menos efectivo.
Diversos autores y políglotas, apuntan a que para alcanzar un nivel B2, debemos contar con un repertorio de entre 3,500 y 5,000 palabras en nuestro cerebro. Mientras que para pasar de un B2 a un C1, necesitamos al menos 10,000. ¿Notan el salto gigantesco? En un sólo nivel (C1), tenemos que hacer lo que antes hicimos en cuatro. Las estrategias, definitivamente deben adaptarse y hay que hacer un análisis de lo que estamos haciendo actualmente. Ahora sí, ¿por qué estás estancado?
Problema 1: Adquisición
Cuando una persona está estancada por problemas de adquisición tiene que ver, generalmente, con la cantidad y la calidad de su input. Recordemos que para que exista output, primero debe haber input. No podemos utilizar las palabras que no conocemos. Algunos de los problemas relacionados con input son los siguientes:
La cantidad: las personas no consumen contenido abundante en la lengua que están aprendiendo. Para ver avances en los niveles avanzados hay que leer y leer y leer, escuchar y escuchar y escuchar. Literalmente hay que sumergir el cerebro en el idioma, una hora de clases al día ya no es suficiente.
La calidad: cuando el input es demasiado fácil, realmente no estamos avanzando. Cuando el input es extremadamente difícil, no estamos teniendo los beneficios y es muy frustrante. Aquí hay que encontrar ese justo balance de comprensión retadora, es decir, entender mayormente lo que se lee/escucha (80%), pero aún con cosas nuevas (20%). Es importante buscar nuestros recursos tan auténticos como sea posible, dejar de depender de materiales diseñados para estudiantes de idiomas y aventurarnos a contenido real hecho para nativos.
La frecuencia: nuestra exposición al idioma, en calidades y cantidades apropiadas, debe ser tan frecuente como rápido queramos ver el progreso. Estoy hablando de algo de todos lo días, aunque sea un poco, pero todos los días (o la mayor parte de ellos). La exposición al idioma tiene que formar parte de nuestra rutina cotidiana innegociable, algo así como "me lavo los dientes y me expongo al idioma". (Espero que se laven los dientes todos los días, eh).
Los temas: es requisito que el input sea mayormente interesante y atractivo para nosotros. Sin embargo, si queremos expandir nuestros niveles lingüísticos, imperativamente hay que salir de nuestra zona de confort de vez en cuando. Si frecuentemente consumimos input sobre cocina en nuestra lengua meta, seguramente nos sentiremos cómodos con ese registro, estructuras, vocabulario. Pero, podremos presentar dificultades al leer un periódico o escuchar las noticias internacionales, si nunca nos hemos expuesto a input sobre política y relaciones exteriores. Se trata de un balance que le permita al cerebro maravillarse siempre de la novedad. Okay, me gusta la cocina, consumo frecuentemente eso, pero también a veces leo poesía, o veo un reality show o leo un artículo sobre la economía actual. El cielo es el límite. Di-ver-si-fi-ca.
Los formatos: amo consumir podcasts de desarrollo personal, regularmente eso escucho en las mañanas mientras preparo mi desayuno. Pero por las tardes, cambio a un libro del mismo género. Los fines de semana, en cuanto a ellos, me veo algunas conferencias al respecto. La idea está en diversificar el formato del contenido que consumimos, porque cada formato tiene sus características de estilo y uso del lenguaje. Es un deleite poder apreciar la flexibilidad de un idioma para comunicar según el medio y el registro en el que se usa.
Las clases: esta categoría va a aparecer en dos rubros porque las clases pueden ser una fuente de input efectivo si se utilizan adecuadamente. En los niveles avanzados, los estudiantes ya son autónomos y no necesitan, quizás, un acompañamiento tan cercano por parte de un profesor. Un par de sesiones a la semana bastan, pero su efectividad va a depender de la calidad de los materiales y de los retos didácticos que se implementen. El input que se entregue en una sesión avanzada debe cubrir con las características antes mencionadas, con la agregación de una didáctica que permita explotar las características lingüísticas que contiene dicho material.
Problema 2: Habilidades
Aprender un idioma es una habilidad, como tocar el piano o jugar fútbol de manera decente. Aunque dominemos la teoría musical o las reglas de un partido, no nos volveremos ni pianistas ni futbolistas si no nos ponemos realmente a practicar/entrenar. ¿Crees que entrenando una vez por semana se verán avances notorios en poco tiempo? Yo tampoco. Hay que invertir tiempo y energía en la construcción activa de las habilidades de comprensión y expresión orales y escritas.
Cuando un estudiante tiene buena cantidad/calidad de input pero sus habilidades de producción no son las mejores, hay que observar las situaciones de práctica en donde la persona utiliza todo el idioma que ha estado absorbiendo (si es que la hay), conozco personas que NUNCA hablan el idioma que aprenden. Algunos problemas de este aspecto están relacionados con:
La falta de práctica: esta situación es mucho más frecuente de lo que imaginan. Los idiomas sirven para comunicarnos, para intercambiar, para conectarnos con otras personas y culturas...HAY-QUE-USARLOS. Lo que no se usa, se pierde. Y como ya dijimos más arriba, para construir una habilidad hay que practicar y practicar y practicar, buscar cualquier pretexto para comunicarte con personas reales en diferentes situaciones. Hoy en día, gracias al internet y a las apps, es más fácil que nunca. Just go for it!
No hay retroalimentación: en numerosas ocasiones me he encontrado con estudiantes que viven en el país en donde se habla su lengua meta y aún así presentan diversas dificultades para mejorar. Hay que despertar del sueño, no absorbemos un idioma por fotosíntesis geográfica, estar en el país per se no implica la mejora automática. Activamente tenemos que integrarnos y comunicarse con las personas del país y salir de nuestra burbuja de expats que hablan nuestro idioma. Sin embargo, muchas veces, aunque tengamos interacción con nativos, lo nativos no nos corrigen. Podemos estar cometiendo errores todo el tiempo, pero que logran el objetivo de comunicar nuestra idea. En este tipo de escenarios no hay mejora, porque seguimos siendo inconscientes de los errores que cometemos, nos hay correcciones. Es necesario encontrar a un amigo, profesor, tándem o tutor que nos ayude a identificar nuestros errores frecuentes para poder trabajar en ellos.
Pequeño comercial, si estás aprendiendo español yo te puedo ayudar a encontrar tus errores más frecuentes y podemos trabajar en ellos, te dejo mi liga perfil de #italki : https://www.italki.com/teacher/5501383/spanish y un cupón de descuento de 10 USD en tu primera compra: https://www.italki.com/affshare?ref=eltichersito
3. Memorización + vocabulario nuevo: el aprendizaje es conocimiento que se quedó en el cerebro y que podemos utilizar cuando lo necesitemos. Aprender un idioma es un ejercicio importante para la memoria, finalmente tenemos que ser capaces de recordar palabras y expresiones.
¿Cómo aprendes palabras y frases nuevas? ¿Cómo prácticas el uso de nuevas estructuras y maneras de decir? Hay que contar con diferentes estrategias de memorización y sistemas de revisión. Existen muchas apps que utilizan el principio de la repetición espaciada y que son una maravilla para memorizar palabras, solamente recuerda memorizar siempre en contexto ya que las listas de palabras no son significativas para nuestra memoria a largo plazo.
Además, planea actividades en donde puedas usar lo que estás aprendiendo, ya sea escribiendo en un diario personal, redactando publicaciones en tus redes sociales o usando las palabras en conversaciones reales.
4. Tipo de ejercicios para practicar: todos los ejercicios tienen su función en el proceso de aprendizaje. Quizás, a veces necesites rellenar espacios para memorizar una conjugación verbal, pero debe tener la finalidad última de implementarse en una discurso/interacción real. No se trata de aprender únicamente la conjugación del condicional, sino de practicar dar consejos de manera cortés (usando el condicional). No se trata de memorizar los conectores discursivos, sino de escribir un ensayo corto utilizándolos. No se trata de memorizar el pretérito perfecto, sino de jugar "Yo nunca, nunca..." (Never have I ever), entienden el punto, ¿no?
5. Clases: si tomas clases, en teoría tu profesor tendría que ser consciente de todos estos aspectos y preparar las clases acorde. Si te das cuenta que pasas mucho tiempo rellenando espacios de gramática sin nunca utilizarla en discusiones, o por el contrario, se habla y habla pero no hay una estructura concreta con ejercicios para revisar y corregir tus errores frecuentes, entonces quizás toque cambiar de clase. Peor aún si no se utiliza tu lengua meta durante la sesión. Si te hablan solamente en tu idioma (o la mayor parte del tiempo), ¡sal corriendooooo!
Emocional-Hábitos
Este aspecto es, de los tres (creo yo), el más subestimado. Frecuentemente escucho personas echándole la culpa al método, a la clase, a los ejercicios, al profesor y a un gran etcétera. No existe una fórmula mágica amigos, para llegar a niveles avanzados hay que invertir tiempo y esfuerzo, hay que ser consistentes y perseverar. Eso no quiere decir que sea un proceso horrible y sufrido, al contrario, es una aventura genial que podemos disfrutar a lo largo de todo el camino y que se puede vivir desde una disciplina amorosa, que sea afín a nuestras necesidades y estilo de vida. Hay que aprender a conocernos y conocer las maneras en las que disfrutamos aprender.
Muchas personas se frustran porque no ven avances y se sienten estancadas, pero cuando indagamos un poco más, nos damos cuenta de que pasan muy poco tiempo en contacto con el idioma que quieren aprender, o que no revisan sus errores, o que no se esmeran en aprender palabras nuevas. Quizás toman clases, pero entre sesión y sesión no revisan sus apuntes. La repetición es la madre del aprendizaje, chicos. Además, muchas veces han perdido la brújula en el camino y se les olvida la razón por la que empezaron, sin una razón importante (para uno mismo), hacer las cosas se vuelve más difícil. Algunas razones de estancamiento relacionadas con este aspecto son:
Desmotivación: cuando alcanzamos un nivel suficiente para comunicarnos, e incluso nos es posible vivir en el país sin complicaciones, seguir mejorando puede parecerle inútil a nuestra voluntad...finalmente ya obtenemos de alguna manera los beneficios de hablar ese idioma. Nuestro cerebro necesita tener siempre claro el beneficio que va a sacar de lo que hacemos, en todas nuestras etapas de aprendizaje, hay que ponerle la zanahoria delante, para que siga tirando de la carreta. ¿Por qué aprendes el idioma? ¿Por qué es importante para ti mejorar? ¿Qué vas a obtener si lo logras? Responde esas preguntas y luego crea una señal visible o un ritual que te ayude conectar con tus motivos para recordarle a nuestra voluntad por qué hace lo que hace.
Rutina de estudios: en ocasiones existe la motivación pero no sabemos por dónde empezar. No sabemos qué estudiar, cómo estudiar y, en general, cómo crear un plan para mejorar. Actualmente existen muchos servicios de coaching lingüístico (si te interesa, puedes escribirme, ofrezco ese servicio también), considero súper rentable contratar un servicio de este tipo si te sientes estancadx. Es frecuente encontrar personas que brincan de un video a otro de manera aleatoria, o que hacen un ejercicio aquí y otro por allá. Calma, primero tenemos que evaluar en dónde estamos y cuál es la meta a alcanzar para crear la ruta de mejora. Una rutina de estudios adecuada a tu estilo de vida te permitirá incluir las actividades justas para seguir avanzando.
Disciplina: la fuerza de voluntad es limitada. De igual manera lo es el tiempo y nuestra energía. No sé tú, pero yo no tengo NADA de ganas de estudiar después de un largo día de trabajo. En ese momento me encuentro cansado, mi mente está cansada y simplemente me da la gana estar sentado frente a la computadora. Hay que trabajar a favor de nuestra disciplina y utilizarla tan estratégicamente como sea posible. Te recomiendo que hagas tiempo para estudiar poco tiempo después de haberte levantado, cuando tu mente está despejada y te encuentras fresco como una lechuga. En este punto del día estás más receptivo y, como el día apenas comienza, no has tenido que tomar decisiones que vayan agotando tu fuerza de voluntad...trabaja de manera conjunta con tus ritmos circadianos. (Les recomiendo el libro "The One Thing" de G Keller si les interesa este tema). Estudia de manera inteligente, ¿en qué momento del día tienes más energía o te sientes más inspirado? Realiza actividades de producción por las mañanas y de comprensión por las tardes. Ensaya, equivócate, aprende.
Hábitos: crear el hábito de sentarte a estudiar es posible, repite conmigo: señal - anhelo - rutina - recompensa, señal - anhelo - rutina - recompensa, señal - anhelo - rutina - recompensa. No voy a profundizar en este punto ahora, porque el artículo ya está muy largo y porque es todo un tema aparte, peeeeeero te recomiendo mucho, muchísimo, muchisimisimísimo que leas el libro de James Clear #AtomicHabits es una joya. Punto.
Energía: Aprender requiere energía, es más, vivir requiere energía. Cualquier proyecto que emprendamos va a demandar un esfuerzo físico y cognitivo. ¿Cómo proteges tu energía? La vida actual es muy demandante y si además queremos lograr hazañas como aprender un idioma, más nos vale estar en buena forma física. Dormir bien cada noche, comer bien con alimentos de calidad que nos ayuden a mantener un balance en nuestra actividad hormonal y hacer actividad física con regularidad son actividades de soporte para aprender de manera óptima. ¿Tus hábitos de sueño, alimentación y ejercicio son adecuados para el esfuerzo que quieres hacer?
¿Qué opinas? ¿Habías considerado estos aspectos? ¿Te han dado una idea para ponerte en marcha y seguir avanzando? ¿Tienes otros factores que consideres importantes? Escríbeme y déjame saber. Gracias por leer, recuerda que podemos estar en contacto en mi Instagram.
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