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Las biografías lingüísticas

Hace algunos meses leí la obra In altre parole de Jhumpa Lahiri y me cautivó. En esta obra ella narra su aventura aprendiendo el italiano: el flechazo, el anhelo, la frustración, los triunfos... en fin, todo lo que se vive al aprender un idioma.


La obra generó un impacto en mí porque pude identificarme inmediatamente con sus palabras. En algún punto de mi aventura lingüística he sentido lo mismo que Lahiri cuenta, pero con el francés: un idioma que quiero poseer pero que siempre se me escapa, un idioma que necesito para existir, pero que no me necesita a mí. Jhumpa le puso palabras a sentimientos que yo había tenido pero que nunca había sabido cómo expresar. Les recomiendo In altre parole, sobre todo si tienen un idioma que ha sido su amor apache* por muchos años.


Y es que aprender un idioma implica realmente toda una trayectoria porque, como dijo Porquier en 1995: "las lenguas extranjeras se aprenden a menudo, parcialmente y a veces exclusivamente, fuera de las instituciones educativas; (y) este aprendizaje puede extenderse por largos periodos de tiempo (...) según itinerarios de vida diversos e imprevistos". Entonces, en este viaje que puede durar toda la vida, leer la autobiografía lingüística de otra persona te permite sentirte acompañado, comprendido, inspirado y, sobre todo, te inspira a reflexionar sobre tu propio camino, el que ya has recorrido y el que aún quieres recorrer.


El caso es que desde In altre parole, desarrollé la afición de leer obras similares, es decir, autobiografías lingüísticas o relatos autobiográficos relacionados con el aprendizaje de un idioma (y su cultura). La segunda que leí fue L'Analphabète de Agota Kristoff, también increíble. Le siguió Flirting With French de William Alexander, divertidísima. Y acabo de terminar Le bleu des abeilles de Laura Alcoba. Todas estas obras tienen puntos en común que me parecen súper importantes y que raramente abordamos en las salas de clase: la migración (a veces forzada), la integración a una nueva sociedad, la re-configuración total de tu identidad, los choques culturales, la discriminación que puede vivirse...y bueno, ya lo han comprendido, temas que son bastante profundos. Aprender una lengua extranjera, por gusto o por necesidad, es un proceso de deconstrucción y reconstrucción de sí mismo: ¿quién soy? ¿quién es este nuevo ser plurilingüe? ¿qué impacto tienen las lenguas y las culturas que me habitan en mi percepción de mí mismo, de los demás, del mundo?


Resulta y resalta que para el segundo año de mi máster habían dos materias de las que nunca me había percatado, quizás porque no significaban nada para mí, quizás porque no había desarrollado mi mini-obsesión por las autobiografías lingüísticas:


- Écrivains, écritures en régime plurilingue

- Approche biographique et création multimodale


Los dos cursos giran alrededor de este tipo de obras (inserten aquí gritos internos de alegría).


En el primer curso abordamos el plurilingüismo de frente, desde la perspectiva de la persona que escribe y del propio texto. Se trata de comprender las experiencias de vida dentro de las experiencias lingüísticas: los procesos reflexivos, cognitivos, creativos y de analizar las dimensiones políticas, estéticas y de representaciones del mundo en una época específica ¿qué nos dicen esas obras? ¿qué nos dicen sobre el autor y su sociedad? ¿con qué ojo mirarlas? El segundo curso, él, aborda todos los beneficios que podemos obtener al implementar un enfoque autobiográfico en la enseñanza/aprendizaje de idiomas, es decir, cómo podemos utilizar una metodología autobiográfica para convertir esta información en una fortaleza para la persona que está aprendiendo un nuevo idioma. Simplemente el combo es ideal.


Es chistoso porque para algunos de mis amigos de la facultad, o para personas a las que les platico sobre esto, piensan que es una complicación teórica innecesaria (y poco útil). Yo siento que he encontrado una mina de oro. Mi enfoque del aprendizaje de las lenguas es profundo, filosófico, existencialista. Yo me he construido alrededor de los idiomas y son una parte de quién soy, y estoy seguro de que es lo mismo para personas que han vivido una trayectoria lingüística y/o que han experimentado la inmersión en otros países. Los idiomas cobran un sentido vital cuando los socializamos, cuando los utilizamos para crear puentes entre yo y los demás...


Entonces, esta entrada es para invitarte, si eres estudiante o profesor de idiomas, o los idiomas forman parte de quien eres, a leer biografías lingüísticas.


Las biografías lingüísticas te van a permitir entrar en las historias de vida de otras personas y encontrar ecos que van desatar reflexiones personales que podrían ayudarte a darle sentido a tu propio camino, a hacerte preguntas importantes. Además, estas obras ayudan a abrir un diálogo metalingüístico interno (necesario para cualquier proceso de aprendizaje: ¿cómo he aprendido yo? ¿cómo percibo la gramática, el vocabulario, los sonidos... yo?), y van a facilitar la toma de consciencia del impacto que tiene el aprendizaje de una lengua extranjera (y de su cultura) en la existencia de un ser humano, su poder transformador.


Por último, leer un relato de este tipo es una oportunidad para sentirte acompañado, para comprender que los errores son parte del proceso y deshacerte poco a poco de esta percepción normativa de las lenguas que nos ha impuesto el sistema educativo, en donde la precisión gramatical roba oportunidades para vivir aventuras increíbles.


Tener un acento, equivocarse, dejar de estudiar por temporadas, sentirse desmotivado, sentir que no encajas, recomenzar, ilusionarte de nuevo, anhelar, lograr, avanzar, ser una persona nueva...todo eso forma parte de las trayectorias de aprendizaje lingüísticas. Aprender un idioma es un proceso a largo plazo, es una historia de vida.

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