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La disciplina cuesta trabajo cuando algo no te gusta

He vivido mi vida entera peleándome con la disciplina desde que tengo memoria. Simplemente mi corazón no alcanzaba a concebir la idea de ir por la vida sufriendo por algo que se supone QUIERES hacer. Sin embargo, y aún con este conflicto psico-emocional, me sometí en diversas ocasiones a 'rutinas tortuosas' *hago drama* porque en mi mente existía una creencia inconsciente de que para merecer hay que sufrir, sacrificarse, tiene que doler para que algo sirva...WTH hell?! (sí, repetí hell...HEEEEEELL).




Sé que no hace falta explicar todo lo que está mal con esas creencias, sólo basta mirar hacia adentro y ver los estragos que un concepto de disciplina como ese puede hacer con uno: cuántas frustraciones, cuántas peleas internas, cuánta desaprobación personal, cuánto desamor caray...en fin.


En este ir y venir con la disciplina, y en medio de un momento yódico (haciendo alusión al gran Yoda), platicaba con una amiga y me di cuenta que a ella le costaba mucho trabajo crearse el hábito de leer, era todo un desafío para ella, tenía que forzarse y ser disciplinada con su lectura. ¡¿Pero cómo es posible?! (pensé), leer es tan genial y no requiere prácticamente de algún esfuerzo...para mí.


Fue entonces cuando observé que existen, en efecto, varias actividades académicas para las que soy muy disciplinado, como estudiar cosas relacionadas con las lenguas, hacer cronogramas de trabajo, leer o estar en contacto con el francés escuchando religiosamente unos podcasts bien padriurix.


Me di cuenta que sí soy disciplinado, a veces mucho, con algunas cosas, peeeero todas ellas tienen algo en común: ME GUSTAN y las quiero hacer. Además, todas estas actividades me sirven para un propósito más grande que la actividad misma, por ejemplo, yo estoy persiguiendo un DALF C1 en francés, sin embargo, cuando escucho estos podcasts disfruto tanto el contenido que me pierdo en ellos y cuando me doy cuenta, he pasado varias horas llenando mi cerebro con práctica de comprensión oral en el idioma (más vocabulario nuevo, más pronunciación, más trabajo inconsciente con estructuras, más, más, más...).


Escuchar todos los días un episodio no me pesa porque el material que elijo me gusta y, aunque algunos días realizo actividades que sí me dan flojera (como hacer flashcards en Anki), logro motivarme porque recuerdo que me ayuda para la gran meta final pero, sobre todo, memorizar nuevas frases y estructuras me ayuda a acceder a nuevos contenidos cool para francófonos. Entre más palabras sé, mejores podcasts, libros, películas puedo disfrutar en francés.


Estoy convencido de que tenemos una gran facilidad para ir en contra de nosotros mismos, de hacernos las cosas complicadas. No digo que todo deba ser fácil y placentero, es gracias al dolor que podemos apreciar el placer, gracias al cansancio podemos valorar el descanso. Lo que yo pienso es que la disciplina es un arte y como todo arte, es una forma de expresión PER-SO-NAL, viene de adentro.


A veces las cosas nos cuestan más trabajo de lo habitual porque vamos luchando contra nuestro propio ritmo, tiempos, formas de ser. Vamos persiguiendo algo que realmente no queremos, pensamos que lo queremos, pero es otra necesidad la que hay detrás. O también, porque medimos nuestra disciplina comparándola con los hábitos de otras personas que admiramos: hay que levantarse a las 5AM porque las personas exitosas lo hacen, hay que meditar una hora al despertar, hay que memorizar 50 palabras diarias...¿quién dice? Es tú proceso, puedes ser disciplinado levantándote felizmente a las 8AM, lo importante es lo que haces con el tiempo que estás despierto.


Creo que cuando vas tras una meta que REALMENTE quieres, los desafíos y obstáculos que se presentan son el aderezo de la aventura y aunque nos incomoden, es más fácil permanecer disciplinados porque hay una congruencia entre lo que soy, lo que quiero y lo que hago para conseguirlo. En conclusión diré tres cosas que me parecen importantes con respecto a la disciplina (para aprender lenguas o para cualquier cosa en la vida):


  1. Revisa tu propio concepto de disciplina. ¿Qué es para mí la disciplina? ¿De dónde tomé estas ideas? ¿Quién dice que debe ser así? ¿Es la única manera? ¿Hay alguien que lo haya hecho diferente?

  2. Revisa tu meta. Si te la vives luchando por conseguir algo una y otra vez (a.k.a. bajar de peso, ponerte en forma, estudiar inglés, etc.) y simplemente terminas tirando la toalla peleándote contigo y con la vida, analiza por qué quieres lograr eso. ¿Realmente vale la pena? ¿Por qué lo vale? ¿Qué conseguiré si lo logro (admiración, respeto, amor)? ¿Puedo conseguir eso de una manera más amorosa? ¿Por qué no lo he logrado? ¿Qué sentimientos hay detrás de esos hábitos que me impiden lograrlo?

  3. Este inciso es específicamente para objetivos relacionados con los idiomas: ELIGE MATERIAL DE ESTUDIO QUE TE CAUTIVEEEEEEEEEEEEE.

Muchas gracias por leerme, trataré de escribir con más frecuencia. Recuerda que puedes mandarme mensajes con tus comentarios en mi instagram: @eltichersito.

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