Cuando un idioma nos cautiva frecuentemente lo hace por sus sonidos. Somos expuestos a un continuo discursivo, que al pronunciarse y acompañarse de cierto contexto, nos flecha y nos hace querer poseer esa habilidad. Después del flechazo nos sentimos determinados para comenzar a aprender esa lengua porque queremos hablarla, queremos ser capaces de articular nosotros mismos esa musicalidad y con ello lograr comunicarnos con personas que comparten ese código.
¿El detalle? Frecuentemente también, nuestras referencias de pronunciación, aquellas que nos cautivan, corresponden a personas nativas del idioma en cuestión y nos hacen poner estándares idealizados para nuestra propia capacidad de pronunciar esos fonemas. Tener estándares elevados está bien, trabajar para mejorar nuestra pronunciación si eso queremos es genial, pero pensar que nuestro esfuerzo y la habilidad de producción oral que tenemos no son suficientes por el hecho de tener un acento o no sonar como nativo, eso, eso no es tan cool.
Lo diré fuerte y claro: ¡LOS ACENTOS ME PARECEN EN-CAN-TA-DO-RES!
No sé tú, pero cuando yo escucho a algún extranjero hablar español con sus acento, me hace girar la cabeza inmediatamente, desata en mí la curiosidad y las ganas de querer conocer su origen. Los acentos intrigan, divierten, adornan; los acentos son bellos porque cuentan nuestra historia, relatan de donde venimos y el camino que hemos atravesado para llegar hasta ese momento concreto de pronunciación.
Debemos recordar que el objetivo principal de este instrumento llamado "idioma" es llevar a cabo un acto de COMUNICACIÓN, ergo si el acento que tenemos no interfiere con el acto de la comunicación, si nuestra pronunciación nos permite ser comprendidos con facilidad, entonces es válido, es perfecto. Podemos ser fluidos y hablar con precisión sintáctica aunque tengamos un acento marcado.
Ahora, si queremos pulir nuestra pronunciación porque es un objetivo personal, eso también es válido y podemos hacerlo. Eso sí, debemos tener bien claro que nos va a tomar mucho tiempo, dedicación y esfuerzo, estadísticamente muy pocos extranjeros logran deshacerse de su acento, aún viviendo en el país. Personalmente, prefiero disfrutar de aprender nuevas palabras y estructuras a través del input constante, que invertir tiempo en "corregir" mi acento. However, si algún día decidiera dar ese paso e invertir mis horas en neutralizar mi pronunciación esto es lo que haría:
Escribir específicamente mis objetivos, ¿qué quiero lograr? y realizar un plan de acción.
Contratar a un corrector de pronunciación. Existen expertos que se dedican especialmente a este campo y que te ayudan a reducir el acento. Considero esto como lo más rápido, sin embargo es costoso y requieres muchas sesiones, like...muuuuchas.
Matricularte en un curso de fonética y fonología del idioma para que entonces seas capaz tú mismo de analizar cualquier input oral de manera informada.
Comprarte un método (libro) de fonética del idioma, hay miles con muy buenos ejercicios para trabajar la pronunciación. Ojo, debes tener cierto nivel del idioma para comprender bien las explicaciones.
Hacer intercambios con nativos y pedirles que se enfoquen en corregir tus particularidades de pronunciación. Se puede hacer a través de aplicaciones como Tandem o HelloTalk.
Consumir mucho, MUCHO, MUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUCHO input oral en el idioma: podcasts, películas, series, canciones, programas de le televisión y radio, discursos, debates y un gran etcétera. ¡Pero ojo! Como el objetivo es corregir la pronunciación, debemos escuchar estos discursos con atención plena, con detenimiento y con un objetivo claro. De preferencia siempre hay que usar el transcript para poder observar la correspondencia sonora de las palabras y escuchar múltiples veces el mismo documento para analizar no sólo la articulación de los fonemas, sino también la entonación, los grupos rítmicos, las pausas y el lenguaje extra lingüístico (gestos y ademanes). Todo lo anterior forma parte de la expresión oral.
Utilizar técnicas de estudio como el "shadowing" en donde escuchemos un fragmento de audio, lo analicemos, lo practiquemos y seamos capaces de pronunciarlo al mismo tiempo que la persona original, con la misma cadencia e intención. Una vez dominado, grabarnos pronunciando el fragmento y comparar los dos audios para después trabajar concretamente cualquier detalle.
Llenarme de paciencia. Es un trabajo que requiere tiempo y energía.
Deseo que si tu meta es tener una pronunciación de nativo, la alcances y puedas compartirnos tus estrategias para poder crecer juntos. Está muy bien querer ser mejor en todos los aspectos de nuestra humanidad, sin embargo los invito a ser flexibles y a valorar su historia, su origen y el ritmo de su acento.
Gracias por leerme, déjame saber de ti.
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