Es domingo por la noche, te encuentras inundado de información que pretendes memorizar para el examen final del semestre que tomarás la mañana siguiente a primera hora. Te duermes a las 4 a.m. satisfecho de tu ardua sesión de estudio de seis horas continuas y seguro de estar súper preparado para arrasar con ese examen. Puede que te funcione y te vaya bien en el examen, pero después de dos días ¿te acuerdas de toda esa información?, ¿y a la semana? (En realidad son preguntas retóricas, todos sabemos la respuesta: NO).
Oakley, Barbara and Terrence Sejnowski. “Learning How to Learn: Powerful mental tools to help you master tough subjects.” Coursera.org. University of California, San Diego. https://www.coursera.org/learn/learning-how-to-learn.
Lo que sucede es que nuestro cerebro necesita de tiempo y repetición inteligente para consolidar las conexiones neuronales que se crean cuando aprendemos algo nuevo. Hacer sesiones intensas de estudio, como la descrita en ese domingo por la noche, resultaría en conexiones neuronales un poco como la imagen de los ladrillos que se muestra a la derecha: sin tiempo para fijarse, amontonadas, frágiles y prácticamente inservibles a largo plazo.
Hablando del aprendizaje de idiomas, memorizar y retener información (como vocabulario) es de vital importancia. Entre más palabras conozcamos, mejor es nuestra habilidad para comprender y eventualmente producir de manera oral o escrita. Es decir, no nos sirve de mucho amontonar listas de palabras en una sesión de estudio para pasar un examen si nuestra intención es de verdad hablar esa lengua. Necesitamos palabras almacenadas en nuestra memoria a largo plazo para seguir construyendo nuestras competencias lingüísticas.
La curva del aprendizaje (o del olvido) de Ebbinghaus (1885)
(Imagen tomada de Internet, créditos a quien corresponda)
Ya desde 1885, Ebbinghaus demostró con algunos experimentos lo que se conoce como "La Curva del Olvido". Este gráfico explica que a lo largo del tiempo vamos olvidando las cosas de manera exponencial, entre más tiempo pasa, más olvidamos la información. Si estudiamos con intención una lista de palabras e intentamos recordarla al día siguiente, en promedio lograremos recordar un 33% del contenido (menos de la mitad y dependiendo de la longitud y la complejidad de la información). Al cabo de un par de días, este porcentaje disminuye aún más. Seguramente esto no nos parezca tan sorprendente, sin embargo, hay que considerar una nueva variable en la ecuación (que es la que nos interesa para memorizar palabras al aprender una lengua extranjera): la repetición espaciada.
La repetición espaciada
Diversos experimentos fundamentados en la curva del olvido compararon diferentes maneras de estudiar una lista de palabras y descubrieron que cuando damos a nuestro cerebro un espacio antes de volver a repasar la información, el porcentaje de retención aumenta considerablemente. Es como si en la pared de ladrillos diéramos tiempo al cemento (conexiones neuronales) de secarse, antes de poner otra capa de ladrillos (información) para construir aprendizaje que dure en el tiempo.
La repetición espaciada es una técnica de estudio basada en la curva del olvido que, como su nombre lo indica, consiste en espaciar estratégicamente los periodos de estudio activo en el tiempo, con la intención de memorizar información a largo plazo. Con esta técnica las sesiones de estudio son más cortas y, lo más importante, es que son más efectivas.
Estudiamos menos tiempo y retenemos más porque utilizamos la curva del olvido a nuestro favor para recordar la información justo antes de que la olvidemos. Cada vez que interrumpimos la curva estamos haciendo más difícil olvidar algo.
El objetivo de esta técnica es revisar la información en el momento preciso y al aplicarla se consigue mejorar la retención de información hasta en un 40% al cabo de un año. Definitivamente es importante tenerla en cuenta para aprendernos palabras nuevas. Debemos recordar que el aprendizaje es memoria que se quedó y sucede gracias a la repetición. Mis sesiones de estudio dieron un giro total desde que aprendí e implementé esta información, no sólo por la eficacia de la propia técnica, sino porque a mi parecer se dinamiza la información, es más divertido estudiar.
Existen en la actualidad numerosas aplicaciones y softwares de estudio que siguen este principio y que nos facilitan el trabajo, ya que contienen algoritmos que calculan nuestra curva del aprendizaje para ponernos la información a repasar justo cuando tenemos que volver a verla (¡son una maravilla!). Mi favorita indiscutiblemente es Anki, el diseño es sencillo, pero las funciones y la precisión son geniales. Otras disponibles son Memrise o Quizlet. Ahora que, si nos gusta el trabajo manual, podemos diseñar nuestras propias flashcards y seguir el sistema de Leitner para estudiarlas.
Recuerda, se trata de estudiar mejor y no más.
Gracias por leer :)
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