Comienza un nuevo mes y con ello el pretexto perfecto para iniciar nuevas metas. I mean, realmente uno puede iniciar cuando quiera lo que quiera, pero es verdad que esta convención social llamada "tiempo" carga de energía especial ciertos periodos para darle un empujón a nuestra motivación y empezar diferentes proyectos (hacer ejercicio, ponerse en forma, empezar a ahorrar, etcétera). Así me pasó a mí ahora que iniciamos mayo.
Después de un break lingüístico de un par de semanitas (varias) sin sentarme a estudiar, sentí el deseo de volver a pasar tiempo de calidad con mi francés querido. Sin embargo, no tenía nadita de ganas de continuar trabajando de la misma manera, con los mismos aspectos de siempre: cuatro habilidades, gramática, vocabulario nuevo... Me sentía un poco hastiado de trabajar con el francés de manera general digamos y fue entonces que la iluminación divina llegó a mi vida porque lo que uno busca, lo está buscando a uno #mensajesdeluniverso
Bueno, en realidad fue en Italki. Estaba buscando un profesor de francés para conocer propuestas y quizás tomar un curso con alguien para dejar mi destino lingüístico en manos de otra persona, ya saben... cómodamente dejar que alguien más decidiera por mí lo que fuésemos a estudiar. El caso es que la iluminación divina vino del video de mi actual tutor. En el video, se presenta y presenta sus servicios con un inglés británico es-pec-ta-cu-lar.
Paréntesis, deben saber que esto fue sorprendente porque digamos que de manera general, es muy fácil identificar a un francés cuando habla inglés. Supongo que a todos se nos nota el acento, pero en el caso de los franceses la entonación y ritmo silábicos propios del idioma, supone una diferencia muy marcada que se nota al hablar inglés. Bref, mi tutor hablaba con un inglés de ouf, sin acento francés y con una pronunciación impecable. Fue ahí donde la revelación llegó a mi vida: quiero trabajar mi pronunciación.
Francamente, mi pronunciación no era un aspecto lingüístico que me quitara el sueño. Es decir, con la pronunciación que tengo logro comunicarme sin problemas con los francófonos. Un par de veces he recibido comentarios corrigiendo mi pronunciación con los clásicos sonidos que se nos dificultan a los hispanos: /v/ y /b/, /s/ y /z/, la e francesa, etcétera. Pero de manera general, el mensaje logra comunicarse sin problemas y para mí eso era suficiente. Además, debo decir que yo soy pro-acentos, cuando las personas hablan mi idioma con un acentito me parece encantador y me gusta el hecho de tener un acento que deje saber mi origen, mi camino, una parte de lo que soy. En resumen, ni siquiera estaba en mi lista de cosas a trabajar en francés...hasta que vi el video y escuché la pronunciación de mi tutor.
Sigo siendo partidario de los acentos, pero al considerar el hecho de ponerme a trabajar en el mío, reflexioné sobre cuál era el límite entre tener un pequeño acento y pronunciar mal ciertos fonemas que son propios del idioma. Creo que hay una gran diferencia y yo he caído en la segunda categoría. Vivo mal pronunciando algunos fonemas más por un descuido que por algo relacionado con mi background geográfico y está en mi poder mejorarlo.
Entonces, este mes de mayo voy a trabajar en una especie de reto personal de 30 días para mejorar mi pronunciación en francés. FYI, trabajar en la pronunciación y el acento es todo un rollo, un rollo lento, intensivo y que requiere mucha paciencia y constancia. Sé que definitivamente en un mes no voy a cambiar todos los aspectos que más o menos sé que tengo que mejorar, pero sí que voy a empezar con el primer paso.
Desde el día jueves he estado trabajando en mi plan de ataque y en las estrategias que voy a utilizar. Me causó mucho conflicto encontrar la manera de evaluar mi progreso, porque las metas deben ser medibles. Creo que ya estoy cómodo con mi decisión. En la próxima entrada les compartiré los pormenores, estoy emocionado.
Gracias por leer, à toute!
P.S. Además, al elegir la foto de esta entrada recordé que acabo de terminar una formación sobre fonética francesa en la Alianza Francesa de París, uno de los cursos se llamaba: Corriger la prononciation jaja, creo que es una buena oportunidad para poner en práctica lo que aprendí, primero conmigo y luego para poder ayudar a los demás. Ahora sí, chaíto.
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